Lecturas contra el mundo obsesionado con la inmediatez y el presente

Les preguntamos a amigos, poetas y escritoras qué leyeron este 2022 que los hubiera cautivado, sin importar el año de publicación. Los títulos que nos comparten forman una lista improbable a la que ahora le dedicamos un espacio en nuestra biblioteca, real o imaginaria.

6 diciembre 2022

Teoría de la gravedad, de Leila Guerriero
Libros del Asteroide

La inteligencia y la prosa impecable de Leila Guerriero conjuran, en este libro, una serie de viñetas deslumbrantes (que también pueden leerse como poemas en prosa o minificciones) donde la autora reflexiona sobre su propia vida con una lucidez hiriente y descarnada. —Elisa Díaz Castelo, autora de Se descubre una grabación de Eurídice en la web

Tienes que mirar, de Anna Starobinets
Impedimenta

La novela de Starobinets es conmovedora. Desde la mirada de la protagonista, a manera de testimonio, se pone en evidencia la composición de los diagnósticos médicos, la crueldad de los sistemas de salud y la soledad del personaje, que atraviesa meses de profundo dolor y desconcierto. Su escritura es vital y fascinante. —Daniela Tarazona, Premio Sor Juana Inés De la Cruz 2022

Sobre lo anterior, de Pascal Quignard
Cuenco de Plata

En un mundo obsesionado con la inmediatez y el presente (ya también con poca esperanza en la palabra futuro), pensar en la categoría de lo «anterior» en relación con la memoria, el pasado, la pluralidad histórica, el sonido, la muerte —y con la escritura siempre alucinante de Pascal Quignard— ha sido una experiencia lectora importante para mí este año. Este libro me acompaña, desde que llegué a él hace unos meses, como uno de mis oráculos en tiempos de confusión. —Cinthya García Leyva, Directora de Casa del Lago UNAM

El corazón del daño, de María Negroni
Random House

Solo después de habitar cada uno de los rincones constreñidos, donde el lenguaje está enfermo, donde no hay palabras; solo después de atravesar la ininteligibilidad del silencio encontramos la escritura de María Negroni. Hay en sus libros, en este libro, esa operación potente, incansable, de reanimar el pensamiento. —Astrid López Méndez, autora de Frontera interior

Un verdor terrible, de Benjamín Labatut
Anagrama

Me encantó la forma en que trabaja el relato de la historia y la ciencia —casi como si se tratara de ciencia ficción—, el modo en que establece correspondencias asombrosas y juega con las expectativas del lector. A partir de un tema que podría parecer muy gastado, los avances de la física y la química al calor de las guerras mundiales, Labatut inicia una aventura donde la erudición abre la puerta a la fascinación. —Francisco Carrillo, autor de Fuera de foco

El Hombre Corzo. Siete años viviendo en el bosque, de Geoffroy Delorme
Capitán Swing

Como hicieran las primatólogas Jane Goodall con los chimpancés, Dian Fossey con los gorilas y Birute Galdikas con los orangutanes, Delorme se interna en la maleza en búsqueda de comunión intensa con la fauna, pero una cosa es emular al primate salvaje y otra muy distinta a un ungulado, y encima sin ningún tipo de infraestructura. Este es el recuento de los siete años que pasó el autor inmerso en los bosques de Normandía siguiendo a los corzos (venados pequeños); a su decir: su verdadera familia. —Andrés Cota Hiriart, autor de Fieras familiares

Tomar tu mano, de Claudia Hernández
La Pollera

Les aseguro que no se sale igual que se entra a este libro. Esta novela condensa la voz de un continente, nos sumerge sin aviso en la vida de mujeres, familias enteras atravesadas por la violencia doméstica, los conflictos armados. Una mano que toma la tuya puede salvarte o aniquilarte. Cuando la terminé de leer pensé que acá está el Clauss y Lucas latinoamericano. —Federico Gori, promotor cultural y corredor de libros en Big Sur Argentina

Opisanie Świata, de Veronica Stigger
Antílope

Lo primero que me atrajo fue la belleza del libro como objeto: el diseño de la portada, la inclusión de imágenes y los colores de la tipografía. Da gusto tener una edición tan cuidada entre las manos. La traducción de Paula Abramo le da mucha cercanía y fluidez a una historia que ocurre entre Polonia y el Amazonas: el trayecto que realiza Opalka para ir a buscar a su hijo en los años 30 cuando Polonia estaba por entrar en guerra. Uno de los personajes más entrañables es Bopp, un turista brasileño que se une a Opalka en su travesía. —Ana Emilia Felker, autora de Aunque la casa se derrumbe

Tu sueño imperios han sido, de Álvaro Enrigue
Anagrama

Enrigue nos regala un libro protagonizado por Moctezuma y Hernán Cortés. Un homenaje a lo que debió ser una ciudad alucinante al borde de una crisis política y religiosa a la que, de pronto, llegan unos extraños. Una trama divertida, al parecer bien investigada, con una gran estructura y un final impresionante. —Mauricio Sánchez, editor en Gris Tormenta

La ocasión, de Juan José Saer
Rayo Verde

Bianco llega a la Pampa argentina luego de que las élites científicas parisinas descubren que su publicitada habilidad de doblar cucharas con la mente es un engaño. En su nueva tierra, está decidido a plegar la realidad y «metérsela en el bolsillo del chaleco». Saer hace con el lenguaje lo que su personaje pretende hacer con la realidad. Sus descripciones inesperadas, su detallado retrato de los paisajes mentales y naturales, su control minucioso de la trama hacen que La ocasión se lea como una pesadilla de lenta cocción, calurosa y espesa, de la cual, sin embargo, uno no quiere escaparse. —Emilio Rivaud, editor digital de Letras Libres

Unas pocas palabras, un pequeño refugio, de Kenneth Bernard
Fiordo

Hay una estirpe de cuentistas a quienes, a mi parecer, en sus tentativas dentro del género, no les emociona alcanzar las más altas notas tanto como explorar nuevas latitudes. Como buen autor marginal, Bernard forjó una obra fresca, renovadora, inclasificable, y este libro es un extracto de su genialidad. —Jaime He, autor de Melancolía de los pupitres

En busca del cielo, de Nathalie Léger
Chai

¿Cómo hablamos con el vacío? ¿De qué sirve el lenguaje cuando la ausencia es vital y aturde? ¿Cuál es el recurso lingüístico para tocar lo que parece inalcanzable? En un —otro— viaje introspectivo, Leger explora el duelo desde el lenguaje —sus posibilidades y sus límites— para mantener viva, al menos, una dimensión de la pérdida. —Cecilia Fanti, librera en Céspedes Libros

Un mago de Terramar, de Ursula K. Le Guin
Minotauro

El umbral a una saga con la que he reconsiderado el significado de nombrar el mundo. El final de este libro me recordó ser bondadoso conmigo mismo, algo que suelo olvidar. Ahora, cada que puedo evoco: «solo en el silencio las palabras, solo en la oscuridad la luz, solo en la muerte la vida», y eso me reconforta. —Pierre Herrera, autor de Exyugoslavia

Ánima, de Wajdi Mouawad
Destino

Más de cincuenta narradores animales cuentan el viaje de Wahhch Debch en busca del asesino de su mujer. Este coro feral da cuenta de las partes más oscuras de las personas no humanas. Una grulla herida en la carretera le ofrece su protección espiritual tras ser rescatada por él. Un perro intenta calentar el aliento amarillo de su tristeza. Pocas veces un libro me obliga a detener la lectura para recordar que estoy a salvo, aunque en mí habite también esa bestia homínida que se considera el centro de la creación. Ahora me detengo a escuchar las posibles voces de mis propios testigos animales. —Nayeli García, coordinadora editoral de la Revista de la Universidad de México

Ensayos, de Lydia Davis
Eterna Cadencia

The Lives of Lucien Freud, de William Feaver
Knopf

2022 fue un año con poco tiempo libre. Leí salteado, dejando textos a la mitad y retomándolos meses después. Tal vez por eso hay dos títulos que me acompañaron —y me acompañan, ya que todavía no los terminé— todo este tiempo. Los ensayos de Lydia Davis publicados por Eterna Cadencia y los dos tomos de la biografía de Lucian Freud escrita por William Feaver. Los ensayos de Davis nos permiten asistir casi en vivo y en directo a su proceso de escritura, y son inteligentísimos, neuróticos, fascinantes y, por momentos, hasta cómicos. Una excelente compañía para abrir por cualquier página en cualquier momento. La biografía de Lucian Freud es extensa, pero de lectura liviana, llena de declaraciones del artista, pequeñas revelaciones, chismes y entredichos con el trasfondo del Londres de la posguerra y la segunda mitad del Siglo XX. Y sobre todo, es también el acceso en detalle a los procesos creativos y a la particular manera de pensar la pintura de un artista polémico y genial. —Federico Falco, autor de Los llanos

Aura, de Carlos Fuentes
Era

Recuerdo la relectura de Aura, de Carlos Fuentes, que siempre me gusta a pesar de los años. Cuando Carlos Fuentes publicó este libro, era muy joven, apenas había publicado La región más transparente, había mucha efervescencia en torno a su escritura. Él era muy amigo de Octavio Paz. Daba gusto que un joven mexicano, después de La región más transparente, siguiera tan rápidamente con su carrera, que no se estancara. Otros escritores anteriores habían tenido éxito o habían sido reconocidos apenas publicaban un libro, y ya no volvían a escribir. Suscitó gran ilusión. Como lectora, me gusta porque es un libro que cuenta la historia de un muchacho que se enamora de una mujer que a veces le parece muy joven y a veces una viejita; habla de la transformación del personaje. —Elena Poniatowska, Premio Cervantes, 2013





Lee también la versión 2021 de esta lista.

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