La pérdida del mundo

Fragmentos de algunos escritores y pensadores que reflexionan sobre el presente: el hastío, la ficcionalización de la realidad, el exceso, la necesidad de atención…

21 octubre 2025

«El inmenso aumento de la información disponible ha tenido el paradójico efecto de reducir el nivel de alfabetización. En lugar de unir a las personas, la sofisticación de la tecnología las separa aún más y pierden la capacidad de hablar un lenguaje común. En la medida en que la sociedad en su conjunto se expande y complejiza su adquisición de conocimiento, los individuos que la componen tienen cada vez menos que decirse unos a otros.»

— Lewis Lapham, citado por Christopher Carroll en Harper’s Magazine, junio 2025.


«Durante siete meses intenté aclarar lo que pensaba, leyendo y escribiendo, escribiendo y leyendo, sin llegar a ninguna parte; no podía avanzar más allá de lo obvio. Decir lo que es evidente es repetitivo; lo repetido es lo ya conocido, y lo ya conocido es enemigo de la literatura, su némesis y su verdadero opuesto. Lo evidente confirma; la literatura desafía lo confirmado. Es fácil describir lo que veo; es fácil describir lo que pienso. Pero, ¿por qué veo lo que veo? ¿Por qué pienso lo que pienso? Eso es más difícil de entender. Porque lo que veo es el mundo; lo que pienso soy yo. Lo que la literatura puede hacer es establecer un afuera. Y si hay dos lugares, el primero ya no es un hecho, ya no es soberano, ya no es evidente. Mi problema actual, con lo que lucho, es que no puedo encontrar un afuera de la tecnología. Es como si el afuera hubiera desaparecido, como si ya no fuese un lugar posible.

»Es solo una sensación. Pero es fuerte. Y no es nueva. Don DeLillo la describió ya en 1982, en la novela Los nombres:


Durante miles de años, el mundo representaba nuestra forma de escape, nuestro refugio. Los hombres se escondían de sí mismos en el mundo. Nos ocultábamos de Dios o de la muerte. El mundo era donde vivíamos, y nuestro propio yo era donde enloquecíamos y moríamos. Pero ahora el mundo ha adquirido un yo propio. ¿Por qué? ¿Cómo? Eso es algo que da lo mismo. ¿Qué ocurre con nosotros ahora que el mundo tiene un yo? ¿Cómo nos las arreglamos para decir la cosa más simple sin caer en una trampa? ¿Adónde vamos, cómo vivimos, a quién creemos? Esa es mi imagen, la de un mundo autorreferente, un mundo del que no existe vía posible de escape.


»Da la sensación de que el mundo entero se ha transformado en imágenes del mundo y se ha visto así arrastrado al ámbito humano, que ahora lo abarca todo. No hay lugar, cosa, persona o fenómeno que no se pueda obtener como imagen o información. Se podría pensar que esto añade sustancia al mundo, ya que uno sabe más sobre él, no menos; pero lo cierto es lo contrario: vacía el mundo, hace que se vuelva más tenue. Esto se debe a que el conocimiento del mundo y la experiencia del mundo son dos cosas fundamentalmente diferentes. Mientras que el conocimiento no tiene tiempo ni lugar determinados y puede transmitirse, la experiencia está ligada a un tiempo y un lugar concretos y nunca puede repetirse. Por la misma razón, tampoco puede predecirse. Exactamente esas dos dimensiones —lo irrepetible y lo impredecible— son las que la tecnología suprime.

»La sensación es de pérdida del mundo. Como si el mundo se desvaneciera, como si hubiera menos de él. Esto puede parecer paradójico, sobre todo teniendo en cuenta las brutales y horribles guerras que están teniendo lugar en estos momentos, que, con toda su muerte y sufrimiento, parecen una sobrecarga de realidad, pero llegan aquí como imágenes; son bidimensionales y manipulables, y llegan en medio de una avalancha de otras imágenes. Tengo la sensación de que controlo lo que veo y de que, en cierto modo, tengo una perspectiva general. Todas las imágenes que he visto de lugares en los que nunca he estado, de personas que nunca he conocido crean una especie de pseudomemoria de un pseudomundo en el que no participo. Las imágenes llegan ya completas; no hay comunicación entre ellas y yo, no hay intercambio recíproco. Así que, por mucho que nos guste decir que el mundo se abre ante nosotros, puesto que podemos ver cada parte de él, también podemos decir que el mundo se cierra —en toda su apertura.» 

— Karl Ove Knausgård, «The Reenchanted World», en Harper’s Magazine, junio 2025.


© Tigist Yoseph Ron.


«Nuestros medios importan más cuando parecen no importar en absoluto, es decir, cuando han pasado de ser lo nuevo a ser lo habitual. Los motores de búsqueda no son nuevos ni emocionantes, pero se han convertido en el modo predeterminado de adquisición de conocimiento. Los teléfonos ya no sorprenden, pero estructuran y monitorean cada vez más la vida de sus supuestos dueños. A través de los hábitos, los usuarios se convierten en sus máquinas: transmiten, actualizan, capturan, suben, comparten, procesan, enlazan, verifican, mapean, guardan, eliminan y trolean. La repetición genera experiencia, aun cuando genera aburrimiento. Al mismo tiempo, aun cuando los usuarios se habitúen y se conviertan en habitantes de los nuevos medios, los nuevos medios, como formas de capitalismo acelerado, buscan debilitar los hábitos que deben establecer para tener éxito. La habituación nos insensibiliza a lo nuevo; debido al refugio —el hábitat— que ofrece la habituación, lo nuevo apenas se nota.»

— Wendy Chun, Updating to Remain the Same. Habitual New Media, 2016.


«El mundo actual es como un truco peligroso porque, al mismo tiempo que estamos inundados de representaciones secundarias, lo que todos queremos realmente —aunque no siempre lo tengamos tan claro— es que la experiencia profunda sea nuestra forma principal de experimentar el mundo. Pero parece que carecemos de las herramientas y estrategias para invertir la narrativa.»

— Patrick Shen, en The Analog Sea Review 1, 2018.


«La exhortación [de Gerald Murnane] a proteger la mirada: la necesidad de defenderse de la intoxicante infinitud del ser-en-el-mundo que amenaza con devorar la libertad del observador en su abrumadora ausencia de límites.»

— Luke Carman, «To the Eye Untrained», en Gerald Murnane. Another World in This One, 2020.


«El hastío no es fruto de la posesión prolongada, sino del contacto fugaz con mil objetos.»

— Nicolás Gómez Dávila, Escolios a un texto implícito, 1977.




Los extractos que compartimos tienen como única finalidad la divulgación literaria y artística. Los derechos reservados sobre estas obras corresponden a su autor o titular.

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